En un contexto laboral cada vez más competitivo, debemos y necesitamos tener un buen currículum (formación, idiomas, una experiencia profesional adecuada, conocimientos tecnológicos…) para que nos ayude a aumentar nuestras posibilidades de mantener entrevistas de trabajo, pero en ningún caso te garantizan que seas el candidato-a escogido. Todo este conjunto de habilidades y conocimientos que has adquirido mediante tu formación y experiencia y que te permiten llevar a cabo una determinada tarea o un trabajo son las llamadas competencias duras “hard skills”.

Nuestro verdadero Talento reside en nuestras competencias blandas “soft skills”, es decir, en el conjunto de actitudes, habilidades y competencias que nos permiten gestionar con éxito nuestro día a día en nuestra posición y en la empresa; resolución de conflictos, empatía, capacidad comunicativa, liderazgo, innovación, creatividad, capacidad de organización y planificación, trabajo en equipo, adaptabilidad, etc.

Por eso, los reclutadores y entrevistadores centran cada vez más sus entrevistas en conocer cuales son son realmente nuestras “soft skills”. Es importante, prepararte bien las entrevistas y no ir con respuestas “típicas y previamente memorizadas”, debes intentar ser tu mismo-a y comunicar y transmitir en qué eres realmente bueno-a y en qué puedes mejorar.

Sólo podrás ser un-a buen-a profesional y alcanzar tus éxitos profesionales si consigues tener unas buenas “soft skills”.